El Sol es Dios

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El Sol es Dios

Se dice que las últimas palabras del célebre paisajista británico William Turner en su echo de muerte, mientras su consciencia ponía pié en una dimensión diferente, fueron éstas: “El sol es Dios”.

Echando un rápido vistazo a toda mi obra artística y musical desde los años 80, es muy obvio que el elemento que más se repite en ella es el sol. Son incontables las imágenes y referencias a través de los años. No se trata de algo calculado ni decidido. Es algo que ha ocurrido simplemente de forma espontánea.

Desde que llegue, desde los soleados cielos de Madrid capital, a esta sombría de zona de los Estados Unidos, Pacifico Noroeste, he sufrido muy duramente los efectos del clima. Trastorno Afectivo Estacional (SAD). Así es como se denomina éste demoledor efecto causado por la falta de luz. Especialmente en invierno, los síntomas que más noto son el cansancio, la falta de motivación y la tendencia a la melancolía y depresión. Síntomas que por cierto en mi tierra natal raramente he sufrido.

Estos últimos años, he tenido que aprender a vivir con ello de la mejor forma posible, sin el uso de medicamentos químicos, y con numerosas técnicas y actitudes que incluyen el ejercicio diario, una buena dieta, el uso de luz artificial para este trastorno, y sobre todo mucho amor, mucho humor, mucha ilusión, mucha sonrisa, mi mundo creativo, las pequeñas cosas que me dan felicidad, y el coco como herramienta principal para pensar de forma constructiva.

Esta escultura de papel la he realizado con el propósito concreto de que sirva de objeto mágico: un totem, un mandala, un símbolo que me ayude a cambiar de conciencia en los momentos más bajos. Lo hemos colocado en un lugar del salón donde es fácil que nuestra mirada se encuentre con él. Cada vez que lo veo me dice: “Koldo, tú no me ves ahora porque hoy las nubes me cubren. Pero tras ellas mi luz sigue aquí para ti, igual que ayer y mañana.

Este año, previamente a ésta escultura, también he realizado una serie de estudios de dibujo del sol, utilizando rotuladores y tintas. Me fascina pensar que el sol tiene mil caras. Cada día nos muestra una diferente. Me fascina pensar que, como dice una vieja canción que escribí, “el mismo sol del verano calienta la nieve en invierno”. Pensar que el mismo sol que veo en Estados Unidos es el que ven mis seres queridos en España… Pensar que el sol que ahora veo es el mismo que vieron mis antepasados autrigones, o los micenos, los toltecas, los mayas… Babaji, Wal Disney, Charles Chaplin, Picasso, Harpo Marx, y Mary Blair… Definitivamente: el sol es Dios.